Un día despúes del nacimiento de José Carlos Becerra, el 22 de mayo de 1936, nace en la ciudad de Macuspana un heroe anónimo. Enrique Domínguez Narváez, luchador social, espíritu indomable, que partió de este mundo en el año 2006, con la paz de haber recorrido el camino de la vida con la fiereza que emanó de su propia generación.
Gustó de la música y llegó a integrar una banda denominada Long Star (así dictaban los cánones de la época). Llegaría a formar una gran familia junto a María Luisa, la mujer que más amó -emulando un poco al Jacob bíblico y su amor por Raquel-. Desde 1988 simpatizó con el movimiento democrático que postuló al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República y al Lic. Andrés Manuel López Obrador para Gobernador de Tabasco.
Como militante activo del Partido de la Revolución Democrática participó en diversas marchas y plantones, para pugnar por reformas políticas y sociales en el estado de Tabasco, donde la hegemonía del PRI avasallaba por completo a la oposición democrática. En una ocasión su entrega y pasión por la causa le costó ir a la cárcel. Tal disposición provenía de su admiración por personajes como el Che Guevara y Fidel Castro. Nunca calló su convicción, aún entre sus compañeros de lucha.
Su espíritu indomable sólo fue suavizado cuando abrazó la fe cristiana en el último tramo de su vida, en parte movido por el amor que profesó a sus hijos Enrique, Carlos y Marisol, así como a la mujer que lo acompañó hasta el último momento de su vida.
Hoy lo recordamos a Enrique Domínguez, tus obras aún hablan entre los tuyos, y quizás también entre otras tantas personas que conociste en tu caminar como aventurero por la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario