domingo, 10 de junio de 2018

López Obrador la ruta por Tabasco


López Obrador la ruta por Tabasco
(Parte 1/3)

Por: Arturo Sánchez G.

Una democracia de carne y hueso

En todo México, el PRI inició la década de los ochentas como la organización política mayoritaria desde el gobierno del presidente Plutarco Elías Calles. Según relata Enrique González Pedrero en su libro “Una democracia de carne y hueso”, fue durante su campaña como candidato priísta al gobierno de Tabasco, en 1982, cuando se “estimuló a la población para que formularan sus problemas y colaboraran en la reflexión sobre las soluciones posibles. Como pactos de campaña, los programas mínimos municipales fueron suscritos, en cada municipio, por los candidatos del partido. Su definición significó la promesa de que los ayuntamientos cumplirían, por lo menos, con las acciones recogidas en la primera etapa de la campaña”.

Enrique González Pedrero, en cuyo gobierno AMLO fue presidente estatal del PRI y
 efímero Oficial Mayor. (Foto: internet/ Libro "El agua tiene memoria".

            Una vez como gobernador de Tabasco, Enrique González Pedrero se propuso, como él mismo escribe, comprometer el aparato gubernamental con el pueblo a través de asambleas populares donde los ciudadanos constataran los avances logrados y producir “el interés público en la cosa pública”. El primer trienio fue para el mandatario “la preparación de la democracia”, de tal forma que en este período los tabasqueños estuvieran familiarizados en intervenir “de manera directa en las decisiones políticas”.
            El 21 de agosto de 1985, en los diarios de mayor circulación en la entidad, el Comité Directivo Estatal del PRI anunció que el proceso de selección interna para proponer candidatos a las presidencias municipales de Tabasco, se llevaría a cabo mediante la consulta directa a las bases militantes. En su tercer informe de gobierno, González Pedrero dijo, “el procedimiento de consulta directa a las bases, para seleccionar candidatos a regidores en los 17 municipios del estado, ratificó que el partido en el poder está radicado en el pueblo”.
            El entonces presidente del CDE del PRI, Andrés Manuel López Obrador (33 años) escribió en un artículo meses después, “al pueblo de Tabasco le sobra entusiasmo para impulsar las transformaciones democráticas. Esto se demostró, una vez más, en el anterior proceso electoral para seleccionar candidatos a presidentes municipales del PRI… los resultados fueron sorprendentes: el partido aceptó la democracia con todas sus consecuencias y el pueblo respondió con responsabilidad y entusiasmo”. (Sociedad y Política, Andrés Manuel López Obrador. Revista de la Universidad. Sep-Dic. 1986. Num. 13 y 14, Pág. 62)
Aunque el período gubernamental de González Pedrero ha sido visto desde diversas perspectivas, la mayoría de los analistas coinciden que su gestión tiene saldos positivos. Por otra parte, Ángel Buendía Tirado señala que “fue impulsor de prácticas políticas municipales que influyeron sustantivamente en los componentes electorales de la democracia”. (El cambio, la única constante”. Tabasco: Realidad y Perspectivas. Tomo III. Pág. 85)
Es decir, se mostró una manera diferente de elegir candidatos a puestos de elección popular. “Más adelante el abandono de estos procedimientos trastocaría el modo de operación de los grupos políticos municipales revirtiendo un sustantivo avance. En los años siguientes, ante un Tabasco que se transformó aceleradamente, las fuerzas políticas tradicionales no giraron a la misma velocidad del cambio experimentado y poco a poco fueron rezagándose del proceso de transformación que propició la experiencia del petróleo y el avance de los procedimientos democráticos. Nuevos elementos de la cultura política entran en escena y ello estimula la gestación de distintas formas del quehacer político”. (Buendía Tirado Ángel. “El cambio…”).
Precisamente esas nuevas formas del quehacer político se comenzaron a gestar en 1988. Después de las elecciones federales del 6 de julio, el recién creado Frente Democrático Nacional, un movimiento de ruptura al interior del PRI, que bajo el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano había logrado poner sobre las cuerdas al nuevo régimen de Carlos Salinas de Gortari, comenzaba su ascenso como principal partido de oposición en la izquierda y más tarde se convertiría en el Partido de la Revolución Democrática.
El Frente Democrático Nacional en Tabasco, lanzaría como su candidato a la gubernatura para las elecciones de noviembre de 1988 a un conocido en la clase política priista, Andrés Manuel López Obrador. Por su parte el PRI se había decantado desde mayo por la candidatura del Senador Salvador Neme Castillo, quien -basado principalmente en su amistad con el padre de Carlos Salinas- había superado a Nicolás Reynés Berezaluce, José Gamas Torruco y a un joven Roberto Madrazo Pintado.
El académico y político cercano al proyecto de Arturo Núñez Jiménez, José Antonio de la Vega Asmitia escribiría: “En efecto, la conformación del PRD; su advenimiento como segunda fuerza política-electoral y su penetración en los sectores más marginados del estado, produjo una movilización que puso a prueba el esquema tradicional de decisiones del aparato político. Las respuestas fueron las mismas ante los nuevos planteamientos y cuestionamientos. Hubo un desequilibrio. Ante nuevas demandas, mismas respuestas. Ello propició la desestabilización del sistema político local”. (De la Vega Asmitia, José Antonio. “Tabasco: el advenimiento de una nueva cultura política”. Tabasco: Realidad y Perspectivas. Tomo III. Pág. 95)
En la próxima entrega veremos la manera como se construyó la primera campaña de Andrés Manuel López Obrador al gobierno de Tabasco en 1988, analizando el trato de la prensa al candidato de oposición, el papel de Roberto Madrazo Pintado como coordinador de la campaña de Salvador Neme Castillo, y cómo todos estos elementos de confrontación (personajes y estrategias) diseñarían la escena política local durante los próximos 24 años hasta el ascenso al poder de Arturo Núñez Jiménez por las siglas del PRD, mientras que consolidarían el perfil político del oriundo de Tepetitán, hoy (2018) en las puertas de la Presidencia de la República.

AMLO, en 1988, enfocó su campaña en consolidar su liderazgo en las
zonas indígenas de Nacajuca y Macuspana, lo que le daría capacidad
de movilización en los próximos años.

Salvador "Chavo" Neme, con un estilo popular, gobernó con sus amigos,
enfrentó al naciente perredismo, pero fue la clase política priista
contraria la que lo sacaría del poder en enero de 1992.

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