martes, 7 de abril de 2015

Claroscuros de la política teapaneca 1982-2009

Claroscuros de la política teapaneca 1982-2009

*Apuntes y reflexiones*

Teapa, Tab.- Con el deceso de Oscar Llergo Heredia, ocurrido el pasado 4 de julio de 2009 –víspera de la jornada electoral que vio resurgir triunfante a su partido, el Revolucionario Institucional-, se cierra una de las etapas más representativas de la política teapaneca, caracterizada por el predominio de grupos políticos que se transfirieron el poder, basados no solamente en el manejo discrecional de recursos, parentescos o amiguismos, sino en la capacidad de mantener una base social de seguidores fieles a su causa.

Don Oscar –como muchos le llamaban- y su hermano Manuel Llergo Heredia, considerado el último gran gurú de la política tabasqueña, formaron a lo largo de varias décadas uno de los grupos más compactos que disfrutaron de cargos públicos notables. Manuel había sido presidente municipal de su natal Tenosique en el trienio 1974-1976, y tras fungir como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en el último tramo del gobierno de Leandro Rovirosa Wade, llegó al relevo presidencial de 1982 como una de las figuras políticas más influyente de la escena tabasqueña.

Las elecciones de 1982, con las candidaturas de Miguel de la Madrid a la Presidencia, y Enrique González Pedrero, a la gubernatura de Tabasco, marcaron uno de los momentos más notables del grupo Llergo. Oscar había sido integrante de la L Legislatura del Congreso del Estado por el distrito XVI de Teapa, y se perfilaba como aspirante natural a la presidencia municipal de la Sultana de la Sierra. Mientras tanto, Manuel Llergo había obtenido la diputación federal y sería parte de la LII Legislatura federal que acompañaría al gobierno de De la Madrid Hurtado.

El ascenso al poder de Manuel Bartlett Díaz como virtual Secretario de Gobernación, significó un pequeño revés en la intención de Oscar Llergo de alcanzar la candidatura a la presidencia de Teapa, pues se cuenta que Bartlett –en parte enemistado con los Llergo al catalogarlos como protagonistas de la revuelta estudiantil que propició la caída del gobernador Manuel Bartlett Bautista en 1955- se opuso a que dos hermanos fueran al mismo tiempo funcionarios públicos, argumentando impedimentos jurídicos.

Impedido políticamente para ser nominado candidato a la presidencia de Teapa para el período 1983-1985, Oscar Llergo fraguó la llegada de su compadre Higinio Arias Arévalo, médico de profesión originario de Macuspana y cuya nominación causó uno de las protestas más airadas de los grupos políticos teapanecos, que llegaron inclusive a bloquear las entradas al municipio, y pretendieron echar abajo la imposición al postular al Veterinario Zootecnista Elio Ramón Beltrán Cadena.

La lógica del poder se impuso y Manuel Llergo Heredia terminó colocando a 12 presidentes municipales afines, que acompañarían el primer tramo de la administración de Enrique González Pedrero, que años más tarde diseñaría su proyecto Democracia de Carne y Hueso para elegir de manera democrática a los candidatos del PRI que aspiraran a un cargo de elección popular, y que abrió el camino para las primeras deserciones que conformarían en 1988 la oposición frentista con Andrés Manuel López Obrador.

LOS CANO EN EL PODER
Para el período 1986-1988 se realizó consulta a las bases, que permitió el ascenso al poder del Dr. Juan Vicente Cano Cano, quien ganó la elección interna del PRI. Mientras que Gladys E. Cano Conde sería diputada local en la LI Legislatura para el mismo período 86-88, teniendo como compañeros de bancada a Darvin González Ballina por Balancán, Tomas Yañez Burelo por Cunduacán, Rodolfo Jiménez Damasco por Jalapa, Fredy Chablé Torrano por Macuspana, Héctor Arguello López por Tenosique, entre otros personajes representativos de los sectores tabasqueños.

De 1989 a 1991 le tocaría el turno a Gladys Ethel Cano Conde, para ser la primera mujer en alcanzar la presidencia municipal. En el último año de su gestión solicitó licencia para ausentarse del cargo, tras haber sido nominada como aspirante del PRI a la diputación federal por el distrito de la Sierra (Macuspana, Jalapa, Tacotalpa y Teapa), elección que ganó para finalmente integrar la LV Legislatura federal. Entre las acciones que más se recuerdan de la ex alcaldesa, se encuentra la construcción del Fraccionamiento Carlos Salinas de Gortari, símbolo también de los tiempos de bonanza del salinismo.

Gladys Cano entregó la estafeta a Oscar Llergo Heredia, quien para ser alcalde en el período 1992-1994, tuvo que enfrentar una incipiente oposición encabezada por Juan Roca Wade.  Las cosas para el PRI en 1991 comenzaban a ponerse difíciles. El PRI postuló en los municipios de Jonuta y Centro candidatos de unidad, pese a los reclamos de Raúl Ojeda. En los restantes 15 municipios se realizaron elecciones primarias en las que participaron 50 precandidatos.

En Teapa hubieron algunos actos de violencia, pues cerca de 100 militantes tomaron las oficinas del partido para apoyar a Juan José Roca Wade. Cuando el PRD lo atrajo como su candidato a la alcaldía, cerca de 600 militantes priistas se fueron a las filas del solazteca. Finalmente Oscar Llergo alcanzó su sueño de gobernar el municipio donde había asentado sus afectos de vida, así como su patrimonio económico, alcanzado en gran parte por ser uno de los más destacados líderes del cenecismo en sus tiempos de gloria.

La caída del gobernador Salvador Neme Castillo el 28 de enero de 1992, y el gobierno sustituto de Manuel Gurría Ordóñez, significaron el crecimiento del perredismo que enarboló las principales demandas sociales, como afectaciones petroleras, la crisis del campo. Por lo que todo se preparó para la gran batalla electoral de 1994.

López Obrador consultó en Teapa a su gran amigo, Nicolás Mollinedo, empresario que lo había estado apoyando desde 1988 con recursos económicos, y que era la cabeza visible de otra gran familia de abolengo en la tradición social del municipio serrano. Nicolás Mollinedo le propuso a López Obrador la candidatura de Carlos Mario Ocampo, quien encabezaría al PRD en calidad de miembro de la sociedad civil. Por su parte el PRI nominó a Carmen María Mazariego, quien ganó la candidatura sobre las aspiraciones de Enrique Quintero Tapia.

Se dice que en parte por los escándalos familiares de Mazariego, parte por la novedad que presentó el PRD de un candidato sin antecedentes políticos, la elección de 1994 a nivel municipal fue ganada por PRD, abriéndose por primera vez a la alternancia política, pero sin una fuerte presencia del perredismo militante que caracteriza a otras regiones del estado.

Mientras que Carlos Mario Ocampo gobernaba en su primer trayecto de 1995 a 1997, el priismo configuró una oposición a su gobierno a través de la figura de un Frente Cívico Teapaneco que encabezaba Mariano Cano Cantoral, heredero natural del grupo político Cano y amigo personal de Roberto Madrazo y Manuel Andrade. Las protestas no se hicieron esperar, al armar un plantón enfrente del Palacio Municipal, en demanda de cambios en el gabinete y el cumplimiento de obras que se habían postergado. La protesta que dirigió el priista Mariano Cano contra su primo el perredista Carlos Mario Ocampo, enfocó sus baterías contra el secretario del Ayuntamiento, Luis Carrasco, a quien se le acusaba de ser de origen oaxaqueño y de mantener en la nómina a familiares, sin embargo, paradójicamente, Carrasco y Mariano terminarían como amigos al ser parte del Congreso local en el período 1998-2000.

Mariano Cano armó su propia candidatura a la diputación local, misma que alcanzó en la elección constitucional de 1997, llevando como compañero de fórmula a Elio Beltrán Cadena para presidente municipal. Eran los tiempos de “Poder 97” que diseñó Manuel Andrade para conseguir el carro completo. Roberto Madrazo no logró sostener relaciones con el gobierno municipal perredista, que se empeñó en seguir los designios de López Obrador, al destinar recursos públicos a su proyecto educativo en Cárdenas, la entonces incipiente Universidad Popular de la Chontalpa.

LA AVENTURA PERREDISTA
Previo a las elecciones locales de 1997, Roberto Madrazo en su calidad de gobernador, se reunió con organizaciones de campesinos para entregar apoyos, y allí llamó a los teapanecos a abandonar “la aventura que no funcionó”, en clara alusión al gobierno perredista. El PRD alistó a sus candidatos, un empresario bananero: José Antonio Sánchez del Águila para presidente, y el médico Jesús Mollinedo García, también colocado por la influencia del amigo personal de López Obrador, cuyo hijo Nicolas “Nico” Mollinedo Bastar, sería chofer con sueldo de 63 mil pesos en la administración que años más tarde encabezaría el tepetiteco en la Ciudad de México.

Elio Beltrán terminó imponiéndose en las urnas con 7 mil 780 votos, apenas 665 sufragios mas de los 7 mil 115 votos para el PRD. La mancuerna Beltrán-Cano, cuya unidad había sido clave para el triunfo priista, pronto llegaría a su fin. Mariano Cano como diputado en el Congreso se alistó para construir su futura candidatura a la presidencia, colocando en primera instancia a un dirigente a modo en el Comité Municipal del PRI, Marco Antonio Espadas García, vástago de un prominente empresario del negocio de dolomitas y triturados.

Cuando en abril del 2000, el PRI abrió por primera vez en su historia la consulta a las bases para designar a su candidato al gobierno del estado, y se perfilaron Arturo Núñez y Manuel Andrade, el alcalde Elio Beltrán selló su suerte al apoyar abiertamente las aspiraciones de Núñez. Mariano fraguó su caída al tomar como pretexto obras que la administración de Elio Beltrán había paralizado por varios meses. Su penúltimo paso fue colocar como interino a Juan José León Ríos, quien ya había sido alcalde en los años 70’s.

La victoria de Andrade abría aún más la posibilidad para que Mariano Cano obtuviera la candidatura, sin embargo Roberto Madrazo abrió el proceso para elecciones internas en las alcaldías, lo que dio lugar a que Marco Antonio Espadas conformará un equipo de trabajo que impulsó su propia candidatura, con la ventaja que le daba las enormes ganancias en el negocio de su padre. Contra todos los pronósticos, Espadas llegaría a gobernar la Sultana de la Sierra del 2001 al 2003, sin embargo nunca pudo encajar en el grupo gobernante que encabezaba Manuel Andrade, leal a las aspiraciones de Mariano Cano.

El diputado Emilio Contreras Martínez de Escobar, quien había sido secretario municipal en la administración de Gladys Cano, sería nominado candidato del  PRI a la presidencia para el período 2004-2006, llevando como compañero de fórmula a Mariano Cano, quien se tuvo que conformar con aspirar de nuevo a ser parte del Congreso local.

El PRD se alistó en el 2004 para la presidencia con Rafael Abner Balboa Sánchez, acaudalado empresario, líder taxista y miembro de la Iglesia Adventista de la localidad, mientras que la diputación la consiguió Carlos Mario Ocampo, quien terminó como último presidente de la Gran Comisión en el Congreso, y acusado por sus propios compañeros de partido de haber vendido esa figura para dar paso a la Junta de Coordinación Política. Tal descrédito lo llevó también a perder las elecciones internas del PRD para elegir al presidente del CEE, que recayó en las manos de Juan Manuel Fócil.

Tras una estrepitosa derrota del PRI, el perredismo gobernó a sus anchas durante el trienio de Rafael Abner, acusado en diversas ocasiones de propiciar el nepotismo. Rafael Abner Balboa manejó habilidosamente para presentarse afín a cualquier corriente política, fuera priista o perredista, intentando colocar como su sucesor a Germán García Quintero, cuñado de “Nico” Mollinedo, el jefe de logística de AMLO. La disputa por la nominación llegó a su punto más álgido con el enfrentamiento violento entre seguidores de Germán García y Antonio Sánchez del Águila, éste último apoyado por Juan Manuel Fócil.

La división interna, el apoyo de Rafael Abner a su primo Rafael Darío Calzada Balboa como candidato del PRI, llevaron a una derrota estrepitosa al PRD que por segunda ocasión perdía la plaza sin lograr la continuidad. Por su parte, la diputación local fue ganada por Raúl Cabrera Pascasio, forjado en la administración pública y cuyo arribo representa un claro relevo generacional.

Los buenos oficios de Cabrera como diputado en los últimos tres años, lo tienen colocado como el favorito en las encuestas para la alcaldía, que sería acompañada en este 2009 por la candidatura de Elda Llergo Asmitia, también simbólicamente representando el relevo de la clase política de antaño.

El PRD fraccionado aún, intenta levantar ofreciendo a la ciudadanía teapaneca una receta conocida. Rafael Abner repetiría como candidato, llevando como compañera a su sobrina Mónica Fernández Balboa. No obstante no todo está cantado, Carlos Mario Ocampo quiere repetir y disputará la elección interna. Se repite la historia, pero en otro partido, el amiguismo y compadrazgo como elementos claves de una clase política que se niega morir, aún a costa de frenar los anhelos de desarrollo de una sociedad eternamente relevada.

*Texto escrito en 2009*

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