Claroscuros de la política
teapaneca 1982-2009
*Apuntes y reflexiones*
Teapa, Tab.- Con el deceso de Oscar Llergo Heredia, ocurrido el pasado 4 de julio de
2009 –víspera de la jornada electoral que vio resurgir triunfante a su partido,
el Revolucionario Institucional-, se cierra una de las etapas más
representativas de la política teapaneca, caracterizada por el predominio de
grupos políticos que se transfirieron el poder, basados no solamente en el
manejo discrecional de recursos, parentescos o amiguismos, sino en la capacidad
de mantener una base social de seguidores fieles a su causa.
Don Oscar –como muchos le llamaban- y su hermano
Manuel Llergo Heredia, considerado el último gran gurú de la política
tabasqueña, formaron a lo largo de varias décadas uno de los grupos más
compactos que disfrutaron de cargos públicos notables. Manuel había sido
presidente municipal de su natal Tenosique en el trienio 1974-1976, y tras
fungir como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en el último tramo
del gobierno de Leandro Rovirosa Wade, llegó al relevo presidencial de 1982
como una de las figuras políticas más influyente de la escena tabasqueña.
Las elecciones de 1982, con las candidaturas de Miguel
de la Madrid a
la Presidencia,
y Enrique González Pedrero, a la gubernatura de Tabasco, marcaron uno de los
momentos más notables del grupo Llergo. Oscar había sido integrante de la
L Legislatura del Congreso del Estado por
el distrito XVI de Teapa, y se perfilaba como aspirante natural a la
presidencia municipal de la
Sultana de la Sierra. Mientras tanto, Manuel Llergo había
obtenido la diputación federal y sería parte de la LII Legislatura federal que
acompañaría al gobierno de De la Madrid
Hurtado.
El ascenso al poder de Manuel Bartlett Díaz como
virtual Secretario de Gobernación, significó un pequeño revés en la intención
de Oscar Llergo de alcanzar la candidatura a la presidencia de Teapa, pues se
cuenta que Bartlett –en parte enemistado con los Llergo al catalogarlos como
protagonistas de la revuelta estudiantil que propició la caída del gobernador
Manuel Bartlett Bautista en 1955- se opuso a que dos hermanos fueran al mismo
tiempo funcionarios públicos, argumentando impedimentos jurídicos.
Impedido políticamente para ser nominado candidato a
la presidencia de Teapa para el período 1983-1985, Oscar Llergo fraguó la
llegada de su compadre Higinio Arias Arévalo, médico de profesión originario de
Macuspana y cuya nominación causó uno de las protestas más airadas de los
grupos políticos teapanecos, que llegaron inclusive a bloquear las entradas al
municipio, y pretendieron echar abajo la imposición al postular al Veterinario
Zootecnista Elio Ramón Beltrán Cadena.
La lógica del poder se impuso y Manuel Llergo Heredia
terminó colocando a 12 presidentes municipales afines, que acompañarían el
primer tramo de la administración de Enrique González Pedrero, que años más
tarde diseñaría su proyecto Democracia de Carne y Hueso para elegir de manera
democrática a los candidatos del PRI que aspiraran a un cargo de elección
popular, y que abrió el camino para las primeras deserciones que conformarían
en 1988 la oposición frentista con Andrés Manuel López Obrador.
LOS CANO EN EL PODER
Para el período 1986-1988 se realizó consulta a las
bases, que permitió el ascenso al poder del Dr. Juan Vicente Cano Cano, quien
ganó la elección interna del PRI. Mientras que Gladys E. Cano Conde sería
diputada local en la LI Legislatura
para el mismo período 86-88, teniendo como compañeros de bancada a Darvin
González Ballina por Balancán, Tomas Yañez Burelo por Cunduacán, Rodolfo
Jiménez Damasco por Jalapa, Fredy Chablé Torrano por Macuspana, Héctor Arguello
López por Tenosique, entre otros personajes representativos de los sectores
tabasqueños.
De 1989
a 1991 le tocaría el turno a Gladys Ethel Cano Conde, para
ser la primera mujer en alcanzar la presidencia municipal. En el último año de
su gestión solicitó licencia para ausentarse del cargo, tras haber sido
nominada como aspirante del PRI a la diputación federal por el distrito de la Sierra (Macuspana, Jalapa,
Tacotalpa y Teapa), elección que ganó para finalmente integrar la LV Legislatura federal. Entre
las acciones que más se recuerdan de la ex alcaldesa, se encuentra la
construcción del Fraccionamiento Carlos Salinas de Gortari, símbolo también de
los tiempos de bonanza del salinismo.
Gladys Cano entregó la estafeta a Oscar Llergo
Heredia, quien para ser alcalde en el período 1992-1994, tuvo que enfrentar una
incipiente oposición encabezada por Juan Roca Wade. Las cosas para el PRI en 1991 comenzaban a
ponerse difíciles. El PRI postuló en los municipios de Jonuta y Centro
candidatos de unidad, pese a los reclamos de Raúl Ojeda. En los restantes 15
municipios se realizaron elecciones primarias en las que participaron 50
precandidatos.
En Teapa hubieron algunos actos de violencia, pues
cerca de 100 militantes tomaron las oficinas del partido para apoyar a Juan
José Roca Wade. Cuando el PRD lo atrajo como su candidato a la alcaldía, cerca
de 600 militantes priistas se fueron a las filas del solazteca. Finalmente
Oscar Llergo alcanzó su sueño de gobernar el municipio donde había asentado sus
afectos de vida, así como su patrimonio económico, alcanzado en gran parte por
ser uno de los más destacados líderes del cenecismo en sus tiempos de gloria.
La caída del gobernador Salvador Neme Castillo el 28
de enero de 1992, y el gobierno sustituto de Manuel Gurría Ordóñez,
significaron el crecimiento del perredismo que enarboló las principales
demandas sociales, como afectaciones petroleras, la crisis del campo. Por lo
que todo se preparó para la gran batalla electoral de 1994.
López Obrador consultó en Teapa a su gran amigo,
Nicolás Mollinedo, empresario que lo había estado apoyando desde 1988 con
recursos económicos, y que era la cabeza visible de otra gran familia de
abolengo en la tradición social del municipio serrano. Nicolás Mollinedo le
propuso a López Obrador la candidatura de Carlos Mario Ocampo, quien
encabezaría al PRD en calidad de miembro de la sociedad civil. Por su parte el
PRI nominó a Carmen María Mazariego, quien ganó la candidatura sobre las
aspiraciones de Enrique Quintero Tapia.
Se dice que en parte por los escándalos familiares de
Mazariego, parte por la novedad que presentó el PRD de un candidato sin
antecedentes políticos, la elección de 1994 a nivel municipal fue ganada por PRD, abriéndose
por primera vez a la alternancia política, pero sin una fuerte presencia del
perredismo militante que caracteriza a otras regiones del estado.
Mientras que Carlos Mario Ocampo gobernaba en su
primer trayecto de 1995 a
1997, el priismo configuró una oposición a su gobierno a través de la figura de
un Frente Cívico Teapaneco que encabezaba Mariano Cano Cantoral, heredero natural
del grupo político Cano y amigo personal de Roberto Madrazo y Manuel Andrade.
Las protestas no se hicieron esperar, al armar un plantón enfrente del Palacio
Municipal, en demanda de cambios en el gabinete y el cumplimiento de obras que
se habían postergado. La protesta que dirigió el priista Mariano Cano contra su
primo el perredista Carlos Mario Ocampo, enfocó sus baterías contra el
secretario del Ayuntamiento, Luis Carrasco, a quien se le acusaba de ser de
origen oaxaqueño y de mantener en la nómina a familiares, sin embargo,
paradójicamente, Carrasco y Mariano terminarían como amigos al ser parte del
Congreso local en el período 1998-2000.
Mariano Cano armó su propia candidatura a la
diputación local, misma que alcanzó en la elección constitucional de 1997,
llevando como compañero de fórmula a Elio Beltrán Cadena para presidente
municipal. Eran los tiempos de “Poder 97” que diseñó Manuel Andrade para conseguir el
carro completo. Roberto Madrazo no logró sostener relaciones con el gobierno
municipal perredista, que se empeñó en seguir los designios de López Obrador,
al destinar recursos públicos a su proyecto educativo en Cárdenas, la entonces
incipiente Universidad Popular de la Chontalpa.
LA AVENTURA
PERREDISTA
Previo a las elecciones locales de 1997, Roberto
Madrazo en su calidad de gobernador, se reunió con organizaciones de campesinos
para entregar apoyos, y allí llamó a los teapanecos a abandonar “la aventura
que no funcionó”, en clara alusión al gobierno perredista. El PRD alistó a sus
candidatos, un empresario bananero: José Antonio Sánchez del Águila para
presidente, y el médico Jesús Mollinedo García, también colocado por la
influencia del amigo personal de López Obrador, cuyo hijo Nicolas “Nico”
Mollinedo Bastar, sería chofer con sueldo de 63 mil pesos en la administración
que años más tarde encabezaría el tepetiteco en la Ciudad de México.
Elio Beltrán terminó imponiéndose en las urnas con 7
mil 780 votos, apenas 665 sufragios mas de los 7 mil 115 votos para el PRD. La
mancuerna Beltrán-Cano, cuya unidad había sido clave para el triunfo priista,
pronto llegaría a su fin. Mariano Cano como diputado en el Congreso se alistó
para construir su futura candidatura a la presidencia, colocando en primera
instancia a un dirigente a modo en el Comité Municipal del PRI, Marco Antonio
Espadas García, vástago de un prominente empresario del negocio de dolomitas y
triturados.
Cuando en abril del 2000, el PRI abrió por primera vez
en su historia la consulta a las bases para designar a su candidato al gobierno
del estado, y se perfilaron Arturo Núñez y Manuel Andrade, el alcalde Elio
Beltrán selló su suerte al apoyar abiertamente las aspiraciones de Núñez.
Mariano fraguó su caída al tomar como pretexto obras que la administración de
Elio Beltrán había paralizado por varios meses. Su penúltimo paso fue colocar
como interino a Juan José León Ríos, quien ya había sido alcalde en los años
70’s.
La victoria de Andrade abría aún más la posibilidad
para que Mariano Cano obtuviera la candidatura, sin embargo Roberto Madrazo
abrió el proceso para elecciones internas en las alcaldías, lo que dio lugar a
que Marco Antonio Espadas conformará un equipo de trabajo que impulsó su propia
candidatura, con la ventaja que le daba las enormes ganancias en el negocio de
su padre. Contra todos los pronósticos, Espadas llegaría a gobernar la Sultana de la Sierra del 2001 al 2003,
sin embargo nunca pudo encajar en el grupo gobernante que encabezaba Manuel
Andrade, leal a las aspiraciones de Mariano Cano.
El diputado Emilio Contreras Martínez de Escobar,
quien había sido secretario municipal en la administración de Gladys Cano,
sería nominado candidato del PRI a la
presidencia para el período 2004-2006, llevando como compañero de fórmula a
Mariano Cano, quien se tuvo que conformar con aspirar de nuevo a ser parte del
Congreso local.
El PRD se alistó en el 2004 para la presidencia con
Rafael Abner Balboa Sánchez, acaudalado empresario, líder taxista y miembro de la Iglesia Adventista
de la localidad, mientras que la diputación la consiguió Carlos Mario Ocampo,
quien terminó como último presidente de la Gran Comisión en el Congreso, y
acusado por sus propios compañeros de partido de haber vendido esa figura para
dar paso a la Junta
de Coordinación Política. Tal descrédito lo llevó también a perder las
elecciones internas del PRD para elegir al presidente del CEE, que recayó en
las manos de Juan Manuel Fócil.
Tras una estrepitosa derrota del PRI, el perredismo
gobernó a sus anchas durante el trienio de Rafael Abner, acusado en diversas
ocasiones de propiciar el nepotismo. Rafael Abner Balboa manejó habilidosamente
para presentarse afín a cualquier corriente política, fuera priista o
perredista, intentando colocar como su sucesor a Germán García Quintero, cuñado
de “Nico” Mollinedo, el jefe de logística de AMLO. La disputa por la nominación
llegó a su punto más álgido con el enfrentamiento violento entre seguidores de
Germán García y Antonio Sánchez del Águila, éste último apoyado por Juan Manuel
Fócil.
La división interna, el apoyo de Rafael Abner a su
primo Rafael Darío Calzada Balboa como candidato del PRI, llevaron a una
derrota estrepitosa al PRD que por segunda ocasión perdía la plaza sin lograr
la continuidad. Por su parte, la diputación local fue ganada por Raúl Cabrera
Pascasio, forjado en la administración pública y cuyo arribo representa un
claro relevo generacional.
Los buenos oficios de Cabrera como diputado en los
últimos tres años, lo tienen colocado como el favorito en las encuestas para la
alcaldía, que sería acompañada en este 2009 por la candidatura de Elda Llergo
Asmitia, también simbólicamente representando el relevo de la clase política de
antaño.
El PRD fraccionado aún, intenta levantar ofreciendo a
la ciudadanía teapaneca una receta conocida. Rafael Abner repetiría como
candidato, llevando como compañera a su sobrina Mónica Fernández Balboa. No
obstante no todo está cantado, Carlos Mario Ocampo quiere repetir y disputará
la elección interna. Se repite la historia, pero en otro partido, el amiguismo
y compadrazgo como elementos claves de una clase política que se niega morir,
aún a costa de frenar los anhelos de desarrollo de una sociedad eternamente
relevada.
*Texto escrito en 2009*