lunes, 9 de febrero de 2015

La revolución silenciosa de López Obrador

Un fantasma recorre México. Es el fantasma del dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, que tras abandonar el partido del sol azteca bajo cuyas siglas también disputó dos veces (1988,1994) la gubernatura de Tabasco, fundó su propio partido con un nombre singular, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que hace remembranza de los revolucionarios Flores Magón, y del sincretismo religioso nacional, en clara alusión a la Virgen de Guadalupe.
Es la tarde del jueves 18 de diciembre de 2014, un nutrido grupo de personas esperan a López Obrador en el patio del Instituto Juárez, con motivo de la presentación de su último libro “Neoporfirismo: hoy como ayer”. Es el principio de una gira navideña por su natal Tabasco, este mismo día ha realizado recorridos en Tacotalpa y Teapa, donde ha enfocado su discurso sobre los aspectos de la reforma energética promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto.
AMLO se reivindica en su tierra, desde aquí donde su prestigio como líder social se acrecentó hasta saltar a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, donde impulsó políticas públicas asistenciales y un ejercicio de austeridad, que parecen ser la columna vertebral de su visión de gobierno. En el Instituto Juárez, frente al monolito Juchimán, se dan cita importantes personajes, como el ex gobernador Enrique González Pedrero, y el actual secretario de Educación, Rodolfo Lara, de quien se dice fue su mentor e inspirador cuando el líder político era un estudiante de secundaria.
También está presente el actual secretario de Gobierno, Raúl Ojeda Zubieta, tres veces candidato a la gubernatura por el PRD, sin lograr la victoria, hasta que la consiguió el ex priista Arturo Núñez Jiménez en 2012, tras una desastrosa gestión del priista Andrés Granier Melo, político popular a quien se acusa de haber permitido el saqueo a las arcas estatales, y curiosamente “compadre” del hoy gobernador en funciones.
En la mesa del presidium está Octavio Romero Oropeza “el Jodi” que parece tener la venia del líder para ser candidato de Morena a la alcaldía de Centro, pues el otro aspirante, Adán Augusto López Hernández, después de recibir elogios de López Obrador, recibe la invitación pública para ser el coordinador de la campaña presidencial del 2018, donde el tepetiteco enfrentará por tercera vez a lo que él llama “la mafia del poder”.
No es necesario comentar el contenido del libro en estas líneas, pues se invita a leerlo. Básicamente es la posición política de AMLO frente a sus adversarios, haciendo una comparación histórica con la dictadura de Porfirio Díaz. López Obrador no es un erudito, pero conoce los símbolos y los pasajes más representativos de la historia de México, junto con Morena aspira a construir la cuarta República, señalando que tarde o temprano lo logrará, y en esto me recuerda a los teóricos marxistas con su visión de un destino inexorable, producto del colapso del sistema dominante.
Al final de su presentación, el oriundo de Tepetitán anuncia que escribirá dos libros más antes de dedicarse por completo a la búsqueda de la presidencia en 2018. Un libro que será el final de la trilogía que inició con “Los Primeros Pasos, Tabasco, 1810-1867” y  “Del Esplendor a la Sombra, la República restaurada, Tabasco 1867 1876”; y el otro libro tratará sobre la forma en que México puede salir de la actual crisis social y económica, cuya fórmula desliza y presenta sin lugar a dudas: el combate a la corrupción.
No se sabe a qué hora lee, ni a qué hora escribe, y como puede combinar estas actividades con su incesante peregrinar por las comunidades de todo el país, donde se reúne con grupos reducidos de personas adultas mayores que lo ven como un político congruente. Por el momento AMLO no parece despertar el entusiasmo de los jóvenes, que son el sector mayoritario, aunque sí lo hizo en 2012 con el movimiento YoSoy132, ahora una buena parte están apoyando las marchas de Ayotzinapa y señalando la tibieza de López Obrador, que encabeza una revolución silenciosa, por el momento utópica, al ritmo de un corazón que amenaza con desfallecer.


domingo, 8 de febrero de 2015

La fe mueve montañas… (Mini-crónica de Noches de Gloria)

Gilda viajó ocho horas hasta la ciudad de Villahermosa. Enferma de Lupus, su interés era estar en la cruzada de milagros del predicador guatemalteco Cash Luna, que se presentó los días 6 y 7 de junio de 2014 en el estacionamiento del Parque Tabasco. Como ella hay muchos que emprendieron el peregrinar desde la Ciudad de México, otros desde Comitán y otras ciudades del Sureste de México. La fama le precede al pastor de aspecto jovial que ha logrado notoriedad debido a su estilo de predicar.

Desde la señal de Enlace TV, Cash Luna ha construido una reputación que lo convierte en el paradigma de un cristiano próspero gracias a la fe en Dios. La congregación que dirige “Casa de Dios” construyó un mega templo con 11 mil asientos y 3 mil 500 lugares de estacionamiento, a un costo de inversión de 45 millones de dólares. Si alguien sabe cómo hacer las cosas es Cash Luna, y ahí está esa noche lluviosa en Villahermosa, donde por lo menos 10 mil personas resisten el embate de la naturaleza.

Por curiosidad llegué con un par de amigos, venimos a escuchar el mensaje y analizarlo. “Ven y pide tu milagro a Jesús” reza la publicidad que se repartió con antelación, y la gente responde a la necesidad de que se resuelvan sus problemas por la vía más corta –pero paradójicamente la que requiere mayor tiempo-. Gilda esperó desde las 5 de la mañana y su estoica virtud de ser paciente le reditúa el milagro alrededor de las 9 de la noche cuando pasa al escenario a testificar, puede hacer movimientos y le atribuye el milagro a Jesús.

Cash Luna dramatiza el momento, llora ante los miles de creyentes, pues dice que no le gusta que la gente tenga que esperar tanto tiempo. Tal vez nunca se enterará que una joven de 15 años falleció esa misma noche, se llamaba Nancy Hernández, originaria de Comitán, y padecía de Trombosis Cerebral Infantil. Nos enteramos horas después por medio de las páginas de Tabasco Hoy, y recuerdo haber visto a decenas de personas salir con los pies pesados, pues su milagro no ocurrió, a pesar que –sin duda- tienen fe.

Del mensaje del pastor no hay mucho que criticar, es sencillo, cita la Biblia: “Al que cree todo le es posible”, dijo Jesucristo. Ahí está la clave y ningún creyente pondrá en duda eso. Es cuestión de creer, enseña Cash Luna una y otra vez. No sabe cómo funciona, pero funciona, argumenta. Pone ejemplos y metáforas, desdeña el razonamiento, el conocimiento científico y motiva a poner sus ojos en Jesús (en su versión de Jesús porque hay por lo menos 400 denominaciones cristianas tan sólo en Estados Unidos).

Le siguen cánticos espirituales, breves oraciones y ahí están los milagros, por lo menos los suficientes. Una niña que sana de estrabismo y se quita los lentes, un señor que se agacha pese a tener la columna dañada. ¿Enfermedades psicosomáticas? Tal vez ¿curaciones por sugestión? Puede ser, pero ellos le llaman tener fe y eso no se puede rebatir. Cada quien sacará conclusiones, hubieron milagros, pero mucho más ganancias económicas. Es el negocio de la fe. Es el camino para olvidar lo frágil que es la vida y así la religión suple lo que como sociedad no hemos podido alcanzar: oportunidades de trabajo bien pagados, atención médica con dignidad, pero sobre todo, ausencia de conocimiento y de mentalidades que comprendan el mundo desde el conocimiento científico.





lunes, 2 de febrero de 2015

Mi visita a Casa de Fe - Villahermosa

Es el domingo 1 de febrero de 2015, faltan unas seis horas para el Super Bowl XLIX en que se enfrentan Seahawks contra los Patriots y su mariscal Tom Brady. Yo por mi parte decido ir a Casa de Fe, una iglesia nueva en Villahermosa, de la cual no tengo la fecha de creación pero podría ser menos de cinco años de haberse instalado como una opción en el mercado de las religiones de Tabasco, la tierra de Tomás Garrido Canabal, el sagitario rojo que fue enemigo declarado de Dios.
Antes de encaminarme a la avenida Pagés Llergo, frente a los Bisquets Obregón donde se localiza, desayuno unos tacos de cochinita pibil en la avenida Mina cerca de Chedraui. Cerca de las 12:15 del día llego al antiguo Cine Alberto, ahora habilitado como templo de la fe que dirige un rollizo predicador de nombre Roberto Conde, famoso por haber sido uno de los jóvenes que en 2009 mancharon con aceite piezas arqueológicas del Parque Museo La Venta, como parte de un ritual de liberación.


Después de aquel escándalo que tuvo repercusiones en medios locales y nacionales, uno creería que este pastor junto a su compañero José Pablo Mejenes Jasso estarían en bancarrota, pero no. En realidad el caso nunca fue aclarado y mucho menos juzgado por las leyes vigentes que cuidan el patrimonio cultural. La iglesia que los cobijaba a ambos, la Nueva Generación Internacional (NGI) sigue creciendo a un ritmo sin precedente, ayudada por la cobertura de la trasnacional “El Rey Jesús” de Guillermo Maldonado.
No sabemos por qué, pero Roberto Conde abandonó la NGI para fundar Casa de Fe, que ahora se promociona como filial de los ministerios del guatemalteco Cash Luna, a quien el pastor nombra en sus mensajes como “el Apóstol”, así sin nombre, para darle una mayor aura de respeto. Entro al antiguo Cine Alberto y hay mucha gente en el tercero de los servicios dominicales. Hoy es la “fiesta de las primicias” me dice una edecán y me entrega un sobre de diezmos y ofrendas, alguien cerca lo rechaza pero la dama insiste en dárselo: “es para todos, porque es un acto profético”, dice.
Me encamino a la mitad del auditorio alfombrado y con aire acondicionado, las paredes pintadas de azul combinadas con blanco. El escenario está lleno de músicos jóvenes, hombres y mujeres que son diestros para tocar instrumentos y cantar melodías contemporáneas, que sin duda compiten en el mercado digital del iTunes. El servicio religioso comienza a las 12:30 y terminará dos horas después. Mientras transcurren unas tres canciones de contenido espiritual, observo la pantalla gigante que proyecta las letras, mi mente me traslada a las películas que veía en ese lugar durante mi época de preparatoria, donde vi “La guerra de los Roses” con el triunvirato Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito.
Toma el micrófono una dama joven de buen aspecto y vestida con sobriedad, es la esposa del pastor que tras una oración, le pide al staff de medios, que proyecte un video que inicia al apagarse las luces. Deja Vú cinematográfico. El video es corto pero efectivo, editado con precisión para informar que el 8 de febrero será dado a conocer el “Plan Maestro”, una serie de enseñanzas para lograr que el creyente alcance el éxito en sus negocios u objetivos de vida: “la casa de mis sueños”, “que todos conozcan tu nombre Jesús”, se lee en una agenda.
Sin mayores preámbulos, el micrófono es cedido a Roberto Conde, vestido de traje gris y corbata blanca, con el cabello engomado. Si no fuera por el ambiente climatizado, el traje sería innecesario y hasta ridículo en una cultura tabasqueña de vestuario informal, que sólo se rompe en las bodas de la clase media y alta. Su mensaje no es aburrido, ni tampoco pretencioso. Sin embargo, me permito hacer algunos comentarios respecto al mensaje oculto o simbólico detrás de las palabras. El tema que Conde desarrolla se trata de “Poner a Dios en primer lugar” y es la justificación para la entrega de las primicias que se hará al final del servicio, que consiste en entregar a la iglesia “el primer salario íntegro” del 2015. Comienza diciendo que él nunca se aprovecharía ni manipularía a las personas, por lo tanto su mensaje es sincero y para volverlo bíblico menciona la historia de Jacob y Esaú. Leer un pequeño versículo para justificar el sermón de una hora, es una característica de los predicadores carismáticos.
Entre frases chistosas y anécdotas, Roberto Conde va enseñando a su gente la necesidad de dar a Dios el primer lugar, condena la inmoralidad sexual, los placeres del mundo, la gente apática que no va a la iglesia. Este día también es el final de un ayuno de 21 días que hizo toda la iglesia para “buscar el rostro de Dios”. El pastor dice que para él fue “literalmente 21 días con el Espíritu Santo”, que la oración no es una carga, sino un deleite para él. A pesar de esto no se ufana de revelaciones ni se cuelga etiquetas de “apóstol vidente” como muchos en este negocio de la fe.
La gente ha traído a esta reunión, infinidad de botellas de aceite, es el “aceite de la unción” dice Conde, y que después de consagrado no puede ser usado para otras cosas -como cocinar-. Sólo para orar por los enfermos como dice el texto de Santiago, en la Biblia. Supongo que fue este tipo de aceite que el ahora pastor, junto a José Pablo Mejenes, utilizó para rociar las cabezas Olmecas y “sanar” nuestra ciudad del pecado y del vicio.
Antes de terminar su mensaje, el predicador -ya sudado a estas alturas- hace un gesto y sus músicos saben que es hora de subir y acompañarlo con melodías que motivan el cerebro a la rendición. “Ven y toma tu lugar” se escucha una y otra vez, como un mantra repetido hasta que haya una explosión reveladora (o caiga un manto de aburrimiento ¿por qué no?). Roberto Conde levanta oraciones en alta voz: “Oh yo quisiera que vieras lo que estoy viendo”, le dice a la gente que comienza a pasar al frente con un sobre que contiene su primer salario de 2015. “Son casas, son promociones, son milagros”, expresa con voz vibrante. Mientras, yo veo en el pasillo a una joven caminar con dificultad, alguien que después me enteraría fue afectada por un tumor en la cabeza. La gente busca milagros, y los encontrará, de una manera u otra, aunque tenga que justificarlos desde la teología y no en los hechos.


Comienzo a retirarme y pienso que hay que tener mucha fe para seguir como líder a un predicador con el antecedente de Roberto Conde, quizás la misma fe que demanda creer en las historias bíblicas de Jonás y el pez, la apertura del Mar Rojo, etc. El negocio está creciendo y continuará haciéndolo ante la crisis en México, ante la poca educación científica, ante nuestra necesidad psicológica de cosas irracionales que nos liberen de una realidad que asfixia.