Un fantasma recorre México. Es el fantasma del dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, que tras abandonar el partido del sol azteca bajo cuyas siglas también disputó dos veces (1988,1994) la gubernatura de Tabasco, fundó su propio partido con un nombre singular, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que hace remembranza de los revolucionarios Flores Magón, y del sincretismo religioso nacional, en clara alusión a la Virgen de Guadalupe.
Es la tarde del jueves 18 de diciembre de 2014, un nutrido grupo de personas esperan a López Obrador en el patio del Instituto Juárez, con motivo de la presentación de su último libro “Neoporfirismo: hoy como ayer”. Es el principio de una gira navideña por su natal Tabasco, este mismo día ha realizado recorridos en Tacotalpa y Teapa, donde ha enfocado su discurso sobre los aspectos de la reforma energética promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto.
AMLO se reivindica en su tierra, desde aquí donde su prestigio como líder social se acrecentó hasta saltar a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, donde impulsó políticas públicas asistenciales y un ejercicio de austeridad, que parecen ser la columna vertebral de su visión de gobierno. En el Instituto Juárez, frente al monolito Juchimán, se dan cita importantes personajes, como el ex gobernador Enrique González Pedrero, y el actual secretario de Educación, Rodolfo Lara, de quien se dice fue su mentor e inspirador cuando el líder político era un estudiante de secundaria.
También está presente el actual secretario de Gobierno, Raúl Ojeda Zubieta, tres veces candidato a la gubernatura por el PRD, sin lograr la victoria, hasta que la consiguió el ex priista Arturo Núñez Jiménez en 2012, tras una desastrosa gestión del priista Andrés Granier Melo, político popular a quien se acusa de haber permitido el saqueo a las arcas estatales, y curiosamente “compadre” del hoy gobernador en funciones.
En la mesa del presidium está Octavio Romero Oropeza “el Jodi” que parece tener la venia del líder para ser candidato de Morena a la alcaldía de Centro, pues el otro aspirante, Adán Augusto López Hernández, después de recibir elogios de López Obrador, recibe la invitación pública para ser el coordinador de la campaña presidencial del 2018, donde el tepetiteco enfrentará por tercera vez a lo que él llama “la mafia del poder”.
No es necesario comentar el contenido del libro en estas líneas, pues se invita a leerlo. Básicamente es la posición política de AMLO frente a sus adversarios, haciendo una comparación histórica con la dictadura de Porfirio Díaz. López Obrador no es un erudito, pero conoce los símbolos y los pasajes más representativos de la historia de México, junto con Morena aspira a construir la cuarta República, señalando que tarde o temprano lo logrará, y en esto me recuerda a los teóricos marxistas con su visión de un destino inexorable, producto del colapso del sistema dominante.
Al final de su presentación, el oriundo de Tepetitán anuncia que escribirá dos libros más antes de dedicarse por completo a la búsqueda de la presidencia en 2018. Un libro que será el final de la trilogía que inició con “Los Primeros Pasos, Tabasco, 1810-1867” y “Del Esplendor a la Sombra, la República restaurada, Tabasco 1867 1876”; y el otro libro tratará sobre la forma en que México puede salir de la actual crisis social y económica, cuya fórmula desliza y presenta sin lugar a dudas: el combate a la corrupción.
No se sabe a qué hora lee, ni a qué hora escribe, y como puede combinar estas actividades con su incesante peregrinar por las comunidades de todo el país, donde se reúne con grupos reducidos de personas adultas mayores que lo ven como un político congruente. Por el momento AMLO no parece despertar el entusiasmo de los jóvenes, que son el sector mayoritario, aunque sí lo hizo en 2012 con el movimiento YoSoy132, ahora una buena parte están apoyando las marchas de Ayotzinapa y señalando la tibieza de López Obrador, que encabeza una revolución silenciosa, por el momento utópica, al ritmo de un corazón que amenaza con desfallecer.