Los científicos han demostrado que el Universo tiene una edad aproximada de 13.8 mil millones de años, ya que existe una evidencia observable del Big Bang, como son los destellos de las ondas de radio que dejó la explosión inicial, y también basados en la concentración de Helio en el Cosmos.
El Sol (nuestra estrella) comenzó a brillar hace unos 6 mil millones de años, mientras que la edad de la Tierra es de unos 4,500 millones de años.
Esto desde luego no es una cuestión de creencia, sino de evidencia.
Sin embargo, desde el punto de vista de los cristianos, esto no es una postura aceptada completamente, pues muchos de los fundamentalistas basados en la narración del Génesis, señalan que la Tierra tiene una edad de 10,000 años (sí, 10 mil).
Lo que me resulta completamente inverosímil es la posición de pastores como John F. MacArthur, el más famoso de los cesasionistas y anticarismáticos, que en una cita del Blog Lumbrera dice:
"La tierra en la que vivimos no es un planeta permanente. Es, francamente, un planeta desechable – que va a tener una vida muy corta. Existe desde hace unos seis mil años o algo así – eso es todo – y puede durar unos cuantos miles más. Y luego el Señor lo va a destruir."
Ver artículo completo en el siguiente link:
LUMBRERA
Independientemente del criterio que usa MacArthur, me resulta también absurdo la manera que tiene de abordar el tema de la ecología y del medio ambiente, en última instancia dibujando a un Dios que juega a crear y a destruir las cosas que hace, de una manera caprichosa.
En la foto siguiente, además se otorga concesiones de interpretación que son demasiadas y extremistas, poniéndose en la misma posición de los carismáticos que tanto odia.