El pasado 27 de noviembre de 2008, estudiantes de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV), presentaron en Villahermosa, la obra "Esperando a Godot", perteneciente al teatro del absurdo, que fue escrita a finales de los años 40 por el Nobel de Literatura Samuel Beckett, y publicada en el año de 1952.
En su momento, el actor Hiram Contreras Vázquez, quien da vida a uno de los personajes más controversiales, expresó que la adaptación de este clásico fue realizada por el Dr. Giles Hogya, un director que ha demostrado su profesionalismo en diversos escenarios del mundo. “Esperando a Godot nos habla de la desesperanza por la búsqueda de algo que nunca llega en el escenario de desolación que dejó la Segunda Guerra Mundial en Europa”, refirió.
El personaje Pozzo, agregó, es el prototipo del abuso de poder que se encarna en diversas instituciones y personajes de nuestra sociedad, “es la capacidad de sentirse dueño de algo que no es, de una falsa seguridad que se cree tener cuando realmente se es una persona insegura”.
La obra se divide en dos actos y en ambos aparecen dos vagabundos que originalmente se denominan Vladimir y Estragón -aunque en esta adaptación se hacen llamar Didi y Gogo-, quienes esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con quien argumentan tener alguna cita. El público nunca llega a saber quién es Godot o qué tipo de asunto han de tratar con él. En cada acto aparecen el cruel Pozzo y su esclava Lucky.
Intencionalmente, la trama no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, tema recurrente del existencialismo. Una interpretación popular del misterioso personaje Godot es que representa a Dios, aunque Samuel Beckett siempre lo negó.
Como nombre propio, Godot puede ser un derivado de diferentes verbos franceses. Beckett afirmó que derivaba de “godillot”, que en jerga francesa significa “bota”, por lo que el título podría entonces sugerir que los personajes están "esperando a la bota", es decir “la nada, la futilidad”.