López
Obrador la ruta por Tabasco
(Parte 2/3)
Por Arturo Sánchez G.
Su
carácter está organizado alrededor de un rasgo explosivo e inestable
que ha sabido transformar en virtud política:
la rebeldía.
(Mario
San Vicente. Abril 2005)
Tabasco víctima del fraude
Fue hasta el 1º de agosto de 1988 cuando Andrés
Manuel López Obrador (AMLO) comenzó a ser conocido por el común de la gente en Tabasco.
Ese día se registró ante la Comisión Estatal Electoral como candidato a la
gubernatura, postulado por los partidos Frente Cardenista de Reconstrucción
Nacional, Partido Mexicano Socialista, Partido Auténtico de la Revolución
Mexicana y Partido Popular Socialista, para las elecciones a celebrarse el 9 de
noviembre de ese año.
AMLO había sido
director de Estudios Sectoriales de la Secretaría de Promoción Económica del
gobierno del estado; director del Centro Coordinador Indigenista Chontal, del
INI; delegado estatal de la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas
Deprimidas y Grupos Marginados de la Presidencia de la República (COPLAMAR); miembro de la Coordinación Colectiva de la
campaña del candidato a senador (1979) Carlos Pellicer Cámara, director del
Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales del CDE del PRI, y
presidente del PRI estatal de enero a agosto de 1983.
“De
ahí lo mandaron a la Oficialía Mayor del Gobierno de Enrique González Pedrero y
sólo duró 24 horas porque renunció junto con 54 colaboradores para irse a la Ciudad
de México” (Diario Tabasco Hoy. 1º de agosto de 1988). En la capital del país se
desempeñó como director de promoción del Instituto Nacional del Consumidor,
donde fue recomendado a Clara Jusidman por Ignacio Ovalle, son los años del
destierro voluntario en los que además de su función pública, se dedicó a terminar
su tesis de licenciatura y escribir su primer libro.
Carta de renuncia de AMLO al gobierno de Enrique González Pedrero en 1983. Un hito en su trayectoria, se refugió en la Ciudad de México para titularse.
En 1988 tras la invitación
de Cuauhtémoc Cárdenas para encabezar el Frente en Tabasco, López Obrador tuvo
un breve titubeo ante la magnitud de una lucha contra la hegemonía priista en
la entidad, pero finalmente aceptó. Durante las primeras semanas se unieron a
la campaña, importantes miembros priistas que renunciaron de manera pública.
Entre ellos destacan, Laureano Naranjo Cobián, secretario auxiliar de la
Secretaría General del CEN del PRI en 1982; y el diputado federal recién electo
el 6 de julio (1988), Darwin González Ballina, quien fungía al momento de la
renuncia como líder estatal de la CNC.
Estas
adhesiones movilizaron la estructura del PRI y para demostrar su fortaleza
organizó una concentración masiva presidida por el secretario general del CEN,
Manuel Camacho Solís (¡oh sorpresas de la vida!, quien sería coordinador de las
Redes Ciudadanas AMLO 2006), y por Hugo Olivares Ventura, líder nacional del
sector campesino priísta. Ambos líderes se entrevistaron durante su estancia en
tierras tabasqueñas con el candidato Salvador Neme Castillo, así como con los
ex gobernadores Leandro Rovirosa, Mario Trujillo, Manuel R. Mora, Enrique
González Pedrero, y el gobernador sustituto José María Peralta López.
Mientras
la clase política priista se reunía, AMLO arrancaba su recorrido proselitista
en las comunidades chontales del municipio de Nacajuca, donde “fincó su fuerza,
en base a la derrama de recursos del programa Coplamar” [Tabasco Hoy. 6 de agosto de 1988]. Doce
días después de iniciada la campaña opositora, se empezaron a desatar en medios
periodísticos versiones de fuentes desconocidas, algunas veces presentadas como
miembros de los sectores productivos, donde se denunciaba que “extranjeros de
origen cubano y boliviano organizaban un complot contra el sistema mexicano en
pleno corazón de las comunidades chontales”.
Por
el lado de la campaña de Salvador Neme, el 25 de agosto los canales locales de
televisión difundieron simultáneamente en vivo el mensaje de campaña del
candidato priista, evento que fue repetido el 30 de agosto. En un artículo
publicado por Tabasco Hoy, el periodista escribe sobre el cambio de Vocal
Ejecutivo de la CORAT, Azarías Pérez de la Cruz en sustitución de Pedro Jiménez
León, “la semana anterior, el lunes 1º de agosto tomó posesión del cargo, y 48
horas después dispuso, mediante un memorandum, la censura a toda la información
relacionada con López Obrador”.
Para
el mes de noviembre, ocho días antes de las elecciones, López Obrador había
recorrido 769 poblados en 16 municipios de la entidad; por su parte “el PRI ha
redoblado esfuerzos en esos lugares que le representan algún peligro electoral:
Paraíso, Nacajuca, Cárdenas, Huimanguillo y Macuspana, ha realizado 460
mítines, sus candidatos han efectuado 522 visitas a comunidades y 170 a centros
de trabajo, aparte de la actividad de proselitismo en el resto del estado”. [La Jornada. 1 de noviembre 1988. Pág.
12.]
El
1º de noviembre en conferencia de prensa en la capital del país, el senador y
presidente del CDE del PRI en Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, calificó al FDN
como “antidemocráticos, arbitrarios, irresponsables, oportunistas, dogmáticos,
ignorantes de la ley electoral, carentes de capacidad política y
representatividad popular, además de provocadores e incitadores de la violencia”
[La Jornada., 1 de noviembre 1988.
Pág. 1], además aseguró la victoria total para su partido en las elecciones.
Este
clima de descalificación persistió en los últimos días, el jueves 3 de
noviembre, Luis Donaldo Colosio acusó de “terroristas políticos a quienes radicalizan
grupos, provocan histeria social, destruyen valores y sustituyen la política
con la violencia” [La Jornada. 4 de
noviembre 1988. Pág. 8], ese día por la tarde, el líder de los ganaderos
Arcadio León Estrada, aseveró que la oposición “está queriendo agitar Tabasco;
esa oposición no merece nada, mucho menos respeto”.
La
prensa estatal tomaba cada frase descalificadora para sus ocho columnas o notas
más importantes, reflejando los discursos cada vez más fuertes como anotaron
enviados especiales de diarios nacionales. Neme Castillo comparó a los
“provocadores” con “las fuerzas de choque del nazismo de Hitler”.
La organización del naciente perredismo en Tabasco, se basó en ser al mismo
tiempo partido y movimiento, en síntesis ser una oposición real al régimen.
Fotos: Tomás Rivas.
Finalmente las posiciones se fijaron a un día
de las elecciones: “Democracia o abstencionismo: Neme; riesgo de ilegitimidad: López
Obrador” [Contraportada de La Jornada.
8 de noviembre 1988].
Las
cifras oficiales dieron a Neme Castillo el 77.91 por ciento de los votos y a
López Obrador el 21.18 por ciento, sufragando el 38 por ciento de los
empadronados, anulándose 42 mil 672 votos. De esta experiencia, López Obrador escribiría el libro “Tabasco víctima del fraude electoral”, luego dirigió sus esfuerzos en
organizar al recién creado PRD, para presentarse en las elecciones intermedias
de 1991.
Siguió centrando su
atención en las zonas chontales del estado, pero intentó la penetración en otras
zonas urbanas. Con 75 mil 271 votos el PRD protestó y después de un recorrido a
la Ciudad de México, el llamado "Éxodo por la Democracia" logró que se le reconocieran la
alcaldía de Cárdenas en forma de Concejo Municipal, así como se formaron otros
concejos con priístas a la cabeza en Nacajuca y Macuspana.
Después
de 1991, AMLO continuó como presidente estatal del PRD, hasta el 31 de mayo de
1992 cuando fue relevado por Darwin González Ballina. Ese año el PRD logró
adherirse a cientos de trabajadores despedidos de Pemex; las demandas de
liquidación de petroleros, el apoyo a productores con carteras vencidas y
demandas de campesinos de afectación a tierras fueron los ingredientes que el
perredismo utilizó para ganar seguidores e intentar alcanzar la gubernatura en
1994.
En la próxima (tercera
y última parte): la sublevación de los empresarios y políticos junto con Roberto
Madrazo al gobierno federal.